lunes, 31 de mayo de 2010

EU NÃO FALO PORTUGUÊS

El texto que comparto con ustedes es de Daniel Samper y lo he visto por primera vez en el libro de Fátima Cabral "Hacia el Español" donde trabajaba los heterosemánticos. A mí siempre me gustó este texto y espero que los entretenga tanto como a mí.
Hay que leer atentamente, pues es demasiado complejo y necesitarás de un conocimiento avanzado de la lengua española.

Buen provecho, nos vemos pronto...

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EU NÃO FALO PORTUGUÊS

Un hispanoparlante relata los infortunios que atravesó cuando cometió el error de pensar que el portugués era apenas una versión deshuesada del castellano

A diferencia de la mayoría de las personas que entienden idiomas pero no los hablan-, a mí me sucede con el portugués, que lo hablo pero no lo entiendo. Es decir, aprendí la música pero me falta la letra. Yo pensé que español y portugués se parecían tanto que no precisaba tomar clases. Sin embargo, para salir de dudas, resolví preguntárselo a Norma Ramos, una buena amiga portuguesa que ha vivido en el Brasil.

- Norma: dime la verdad: siendo el portugués un dialecto derivado del español: ¿tú crees que necesito tomar clases de portugués? -le pregunté en el mejor portugués de que fui capaz.

- Al fondo a la derecha me contestó Norma, y siguió comiendo.

Fue una experiencia terrible. Allí mismo decidí que no sólo iba a tomar clases de portugués, sino que Norma tendría que ser mi profesora. Ella aceptó con resignación misericordiosa. Y como yo le insistiera que me hablase en portugués todo el tiempo, me dijo que desde el lunes nos sentaríamos a estudiar dentro de su escritório. Me pareció bastante estrecho el lugar, pero llegué el lunes decidido a todo.

Yo creía que el portugués era el idioma más fácil del mundo. Pero la primera lección que saqué es que resulta peligrosísimo justamente por lo que una cree que se trata tan sólo de español deshuesado. Escritório no quiere decir escritorio, sino oficina; en cambio, oficina quiere decir taller y talher significa cubiertos de mesa. No me atrevía a preguntar a Norma cómo se dice escritorio (nuestra tradicional mesa de cajones); pero ella, que es tan inteligente, lo adivinó en mis ojos aterrados. Escritorio se dice escrevaninha, observó Norma ¿Escriba niña?, comenté desconcertado: Así le decimos a las secretarias. Norma sonrió con benevolencia. Le pedí que decretáramos un rato de descanso. Un rato en portugués es un ratón, respondió inflexible. Fíjate lo que me pasa por hablar como un loro, traté de disculparme. : Un louro en Brasil es un rubio, dijo ella.

Y rubio seguramente se dirá papagayo, comenté yo tratando de hacer un chiste. Glacial, Norma aclaró:


-Ruivo es pelirrojo, y papagayo es loro.

-Perdóname, Norma, pero es que yo hablo como si produjera basura.

-Vassoura, no Lixo. Vassoura quiere decir escoba.

-Y escoba, ¿significa?


-Escova significa cepillo.

Era suficiente para el primer día. A la siguiente lección regresé dispuesto a cometer la menor cantidad posible de errores. Le rogué a Norma que me regalara un café, a fin de empezar con la cabeza despejada. Me trajo café brasileño, a pesar de lo cual quise ser amable y dije que lo encontraba exquisito.

-No veo por qué te desagrada me contestó ella.

-Al contrario: lo encuentro exquisito insistí yo, sin saber que ya había cometido el primer error del día.

Esquisito quiere decir, en portugués, desagradable, extraño, suspiró Norma.

Confundido, le eché la culpa a la olla.

La panela, corrigió Norma. No lo noté endulzado, comenté yo. La panela en portugués es la olla, dijo Norma.

¿¿Y olla no quiere decir nada??, pregunté yo.

Olha quiere decir mira, contestó ella.

¿Supongo que tendrán alguna palabra para panela?, me atreví a decir (panela es como se llama en Sudamérica al azúcar morena).


Panela se dice rapadura, minho menino, sentenció Norma.

No quise preguntar qué significaba menino. De todos modos, no debía ser gato, como en español, sino chico, o algo así.

Norma estaba allí, en su escritório (¿en su panela?, ¿en su lixo? ) esperándome con infinita paciencia. Siempre en portugués, le pedí perdón y le dije que me tenía tan abrumado el portugués, que ya no me acordaba de mi apellido. De tu sobrenome, dirás, comentó ella: Apelido quiere decir apodo. Intenté sonreír: Trataré de no ser tan torpe. Dijo Norma: No exageres: torpe es infame; inábil sí es torpe.Con este nuevo desliz se me subió la temperatura. Quise tomar un vaso de agua (vaso es florero corrigió ella-: copo es vaso y floco es copo) y me justifiqué diciendo que el viaje hasta su escritorio había sido largo, porque venía de una finca. Comprimido, no largo; fazenda, no finca, dijo Norma. Largo quiere decir ancho, así como salsa significa perejil y molho significa salsa.

Me di por vencido. Acepté que el portugués era un idioma difícil y entonces sí se le iluminaron los ojos a Norma. La cuestión era de orgullo. De ahí en adelante no me regaño sino que me mostró todas las diferencias que existen entre palabras homófonas de los dos idiomas. Caro se dice costoso, porque custoso quiere decir difícil; morado se dice roxo, porque rojo se dice vermelho, escenario se dice palco, porque palco se dice camarote, cadeira no es cadera, sino asiento, bilhete no es billete, sino nota: pero en cambio nota si quiere decir billete; maluco es loco y caprichosa es limpia, distinto es distinguido y presunto es jamón.

Era demasiado. Pedí permiso para no volver nunca a las clases de portugués, el idioma más difícil del mundo.

por Daniel Samper Pisano

El tiempo es redondo de Discovery Channel

Estaba mirando algunas cosas en internet para saber más informaciones a respecto del calendario maya y aquí está mi contribución a todos de lo que he encontrado: http://www.tudiscovery.com/guia_mayas/calendario_maya/index.shtml

Hay también videos, juegos y otros variados temas en la página principal: http://www.tudiscovery.com/

Hasta pronto,

jueves, 28 de enero de 2010

Practiquemos, un programa para aprendizage

¿Quiere aprender y practicar español de manera sencilla?

Administre sus estudios, aprenda o complemente sus clases de español solito.



Visite: http://www.practiquemos.com/ y descargue el programa.

Hay muchos ejercicios para practicar y es muy fácil de utilizar.
Nos vemos...


lunes, 14 de diciembre de 2009

Tipos de comillas en español

En español usamos distintos tipos de comillas:

1. Angulares, latinas o españolas (« »).
2. Inglesas (“ ”).
3. Simples (‘ ’).

La RAE recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares y recurrir a las inglesas y a las simples en caso de que se deba entrecomillar dentro de un texto ya entrecomillado. Entonces, las comillas simples se emplearán en último lugar: «Isabella dijo: “los ‘chorros’ son los amigos de lo ajeno”». En obras de carácter lingüístico, las comillas simples se utilizan para enmarcar los significados: La voz apicultura está formada a partir de los términos latinos apis ‘abeja’ y cultura ‘cultivo, crianza’.

Verbos con dos participios

Los únicos verbos que en la lengua actual presentan dos participios, uno regular y otro irregular, son imprimir (imprimido/impreso), freír (freído/frito) y proveer (proveído/provisto), con sus respectivos derivados.
Los dos participios pueden utilizarse indistintamente en la formación de los tiempos compuestos y de la pasiva perifrástica: Hemos imprimido veinte ejemplares o Habían impreso las copias en papel fotográfico; Nos hemos proveído de todo lo necesario o Se había provisto de víveres abundantes; Las empanadillas han de ser freídas dos horas antes o Nunca había frito un huevo. No obstante, en los tres casos, se prefiere el uso del participio irregular.

lunes, 26 de octubre de 2009

Los Pocillos


Mario Benedetti

Los pocillos eran seis: dos rojos, dos negros, dos verdes, y además importados, irrompibles, modernos. Habían llegado como regalo de Enriqueta, en el último cumpleaños de Mariana, y desde ese día el comentario de cajón había sido que podía combinarse la taza de un color con el platillo de otro. "Negro con rojo queda fenomenal", había sido el consejo estético de Enriqueta. Pero Mariana, en un discreto rasgo de independencia, había decidido que cada pocillo sería usado con su plato del mismo color.

"El café ya está pronto. ¿Lo sirvo?", preguntó Mariana. La voz se dirigía al marido, pero los ojos estaban fijos en el cuñado. Este parpadeó y no dijo nada, pero José Claudio contestó: "Todavía no. Esperá un ratito. Antes quiero fumar un cigarrillo." Ahora sí ella miró a José Claudio y pensó, por milésima vez, que aquellos ojos no parecían de ciego.

La mano de José Claudio empezó a moverse, tanteando el sofá. "¿Qué buscás?", preguntó ella. "El encendedor." "A tu derecha." La mano corrigió el rumbo y halló el encendedor. Con ese temblor que da el continuado afán de búsqueda, el pulgar hizo girar varias veces la ruedita, pero la llama no apareció. A una distancia ya calculada, la mano izquierda trataba infructuosamente de registrar la aparición del calor. Entonces Alberto encendió un fósforo y vino en su ayuda. "¿Por qué no lo tirás?" dijo, con una sonrisa que, como toda sonrisa para ciegos, impregnaba también las modulaciones de la voz. "No lo tiro porque le tengo cariño. Es un regalo de Mariana."

Ella abrió apenas la boca y recorrió el labio inferior con la punta de la lengua. Un modo como cualquier otro de empezar a recordar. Fue en marzo de 1953, cuando él cumplió 35 años y todavía veía. Habían almorzado en casa de los padres de José Claudio, en Punta Gorda, habían comido arroz con mejillones, y después se habían ido a caminar por la playa. El le había pasado un brazo por los hombros y ella se había sentido protegida, probablemente feliz o algo semejante. Habían regresado al apartamento y él la había besado lentamente, morosamente, como besaba antes. Habían inaugurado el encendedor con un cigarrillo que fumaron a medias. Ahora el encendedor ya no servía. Ella tenía poca confianza en los conglomerados simbólicos, pero, después de todo, ¿qué servía aún de aquella época?

"Este mes tampoco fuiste al médico", dijo Alberto.

"No."

"¿Querés que te sea sincero?"

"Claro."

"Me parece una idiotez de tu parte."

"¿Y para qué voy a ir? ¿Para oirle decir que tengo una salud de roble, que mi hígado funciona admirablemente, que mi corazón golpea con el ritmo debido, que mis intestinos son una maravilla? ¿Para eso querés que vaya? Estoy podrido de mi notable salud sin ojos."

La época anterior a la ceguera, José Claudio nunca había sido especialista en la exteriorización de sus emociones, pero Mariana no se ha olvidado de cómo era ese rostro antes de adquirir esta tensión, este resentimiento. Su matrimonio había tenido buenos momentos, eso no podía ni quería ocultarlo. Pero cuando estalló el infortunio, él se había negado a valorar su amparo, a refugiarse en ella. Todo su orgullo se concentró en un silencio terrible, testarudo, un silencio que seguía siendo tal, aún cuando se rodeara de palabras. José Claudio había dejado de hablar de sí.

"De todos modos debería ir", apoyó Mariana. "Acordate de lo que siempre te decía Menéndez."

"Cómo no, que me acuerdo: Para Usted No Está Todo Perdido. Ah, y otra frase famosa: La Ciencia No Cree en Milagros.

Yo tampoco creo en milagros." "¿Y por qué no aferrarte a una esperanza? Es humano."

"¿De veras?" Habló por el costado del cigarrillo.

Se había escondido en sí mismo. Pero Mariana no estaba hecha para asistir, simplemente para asistir, a un reconcentrado. Mariana reclamaba otra cosa. Una mujercita para ser exigida con mucho tacto, eso era. Con todo, había bastante margen para esa exigencia; ella era dúctil. Toda una calamidad que él no pudiese ver; pero esa no era la peor desgracia. La peor desgracia era que estuviese dispuesto a evitar, por todos los medios a su alcance, la ayuda de Mariana. El menospreciaba su protección. Y Mariana hubiera querido -sinceramente, cariñosamente, piadosamente- protegerlo.

Bueno, eso era antes; ahora no. El cambio se había operado con lentitud. Primero fue un decaimiento de la ternura. El cuidado, la atención, el apoyo, que desde el comienzo estuvieron rodeados de un halo constante de cariño, ahora se habían vuelto mecánicos. Ella seguía siendo eficiente, de eso no cabía duda, pero no disfrutaba manteniéndose solícita. Después fue un temor horrible frente a la posibilidad de una discusión cualquiera. El estaba agresivo, dispuesto siempre a herir, a decir lo más duro, a establecer su crueldad sin posible retroceso. Era increíble cómo hallaba a menudo, aún en las ocasiones menos propicias, la injuria refinadamente certera, la palabra que llegaba hasta el fondo, el comentario que marcaba a fuego. Y siempre desde lejos, desde muy atrás de su ceguera, como si ésta oficiara de muro de contención para el incómodo estupor de los otros.

Alberto se levantó del sofá y se acercó al ventanal.

"Que otoño desgraciado", dijo, "¿Te fijaste?" La pregunta era para ella.

"No", respondió José Claudio. "Fijate vos por mí."

Alberto la miró. Durante el silencio, se sonrieron. Al margen de José Claudio, y sin embargo, a propósito de él. De pronto Mariana supo que se había puesto linda. Siempre que miraba a Alberto se ponía linda. El se lo había dicho por primera vez la noche del 23 de abril del año pasado, hacía exactamente un año y ocho días: una noche en que José Claudio le había gritado cosas muy feas, y ella había llorado, desalentada, torpemente triste, durante horas y horas, es decir, hasta que había encontrado el hombro de Alberto y se había sentido comprendida y segura. ¿De dónde extraería Alberto esa capacidad para entender a la gente? Ella estaba con él, o simplemente lo miraba, y sabía de inmediato que él la estaba sacando del apuro. "Gracias", había dicho entonces. Y todavía ahora la palabra llegaba a sus labios directamente desde su corazón, sin razonamientos intermediarios, sin usura. Su amor hacia Alberto había sido en sus comienzos gratitud, pero eso (que ella veía con toda nitidez) no alcanzaba a depreciarlo. Para ella, querer había sido siempre un poco agradecer y otro poco provocar la gratitud. A José Claudio, en los buenos tiempos, le había agradecido que él, tan brillante, tan lúcido, tan sagaz, se hubiera fijado en ella, tan insignificante. Había fallado en lo otro, en eso de provocar la gratitud, y había fallado tan luego en la ocasión más absurdamente favorable, es decir, cuando él parecía necesitarla más.

A Alberto, en cambio, le agradecía el impulso inicial, la generosidad de ese primer socorro que la había salvado de su propio caos, y, sobre todo, ayudado a ser fuerte. Por su parte, ella había provocado su gratitud, claro que sí. Porque Alberto era un alma tranquila, un respetuoso de su hermano, un fanático del equilibrio, pero también, y en definitiva, un solitario. Durante años y años, Alberto y ella habían mantenido una relación superficialmente cariñosa, que se detenía con espontánea discreción en los umbrales del tuteo y sólo en contadas ocasiones dejaba entrever una solidaridad algo más profunda. Acaso Alberto envidiara un poco la aparente felicidad de su hermano, la buena suerte de haber dado con una mujer que él consideraba encantadora. En realidad, no hacía mucho que Mariana había obtenido a confesión de que la imperturbable soltería de Alberto se debía a que toda posible candidata era sometida a una imaginaria y desventajosa comparación.

"Y ayer estuvo Trelles", estaba diciendo José Claudio, "a hacerme la clásica visita adulona que el personal de la fábrica me consagra una vez por trimestre. Me imagino que lo echarán a la suerte y el que pierde se embroma y viene a verme."

"También puede ser que te aprecien", dijo Alberto, "que conserven un buen recuerdo del tiempo en que los dirigías, que realmente estén preocupados por tu salud. No siempre la gente es tan miserable como te parece de un tiempo a esta parte."

"Qué bien. Todos los días se aprende algo nuevo." La sonrisa fue acompañada de un breve resoplido, destinado a inscribirse en otro nivel de ironía.

Cuando Mariana había recurrido a Alberto en busca de protección, de consejo, de cariño, había tenido de inmediato la certidumbre de que a su vez estaba protegiendo a su protector, de que él se hallaba tan necesitado de amparo como ella misma, de que allí, todavía tensa de escrúpulos y quizás de pudor, había una razonable desesperación de la que ella comenzó a sentirse responsable. Por eso, justamente, había provocado su gratitud, por no decírselo con todas las letras, por simplemente dejar que él la envolviera en su ternura acumulada de tanto tiempo atrás, por sólo permitir que él ajustara a la imprevista realidad aquellas imágenes de ella misma que había hecho transcurrir, sin hacerse ilusiones, por el desfiladero de sus melancólicos insomnios. Pero la gratitud pronto fue desbordada. Como si todo hubiera estado dispuesto para la mutua revelación, como si sólo hubiera faltado que se miraran a los ojos para confrontar y compensar sus afanes, a los pocos días lo más importante estuvo dicho y los encuentros furtivos menudearon. Mariana sintió de pronto que su corazón se había ensanchado y que el mundo era nada más que eso: Alberto y ella.

"Ahora sí podés calentar el café", dijo José Claudio, y Mariana se inclinó sobre la mesita ratona para encender el mecherito. Por un momento se distrajo contemplando los pocillos. Sólo había traído tres, uno de cada color. Le gustaba verlos así, formando un triángulo.

Después se echó hacia atrás en el sofá y su nuca encontró lo que esperaba: la mano cálida de Alberto, ya ahuecada para recibirla. Qué delicia, Dios mío. La mano empezó a moverse suavemente y los dedos largos, afilados, se introdujeron por entre el pelo. La primera vez que Alberto se había animado a hacerlo, Mariana se había sentido terriblemente inquieta, con los músculos anudados en una dolorosa contracción que le había impedido disfrutar de la caricia. Ahora no. Ahora estaba tranquila y podía disfrutar. Le parecía que la ceguera de José Claudio era una especie de protección divina.

Sentado frente a ellos, José Claudio respiraba normalmente, casi con beatitud. Con el tiempo, la caricia de Alberto se había convertido en una especie de rito y, ahora mismo, Mariana estaba en condiciones de aguardar el movimiento próximo y previsto. Como todas las tardes, la mano acarició el pescuezo, rozó apenas la oreja derecha, recorrió lentamente la mejilla y el mentón. Finalmente se detuvo sobre los labios entreabiertos. Entonces ella, como todas las tardes, besó silenciosamente aquella palma y cerró por un instante los ojos. Cuando los abrió, el rostro de José Claudio era el mismo. Ajeno, reservado, distante. Para ella, sin embargo, ese momento incluía siempre un poco de temor. Un temor que no tenía razón de ser, ya que en el ejercicio de esa caricia púdica, riesgosa, insolente, ambos habían llegado a una técnica tan perfecta como silenciosa.

"No lo dejes hervir", dijo José Claudio.

La mano de Alberto se retiró y Mariana volvió a inclinarse sobre la mesita. Retiró el mechero, apagó la llamita con la tapa de vidrio, llenó los pocillos directamente desde la cafetera.

Todos los días cambiaba la distribución de los colores. Hoy sería el verde para José Claudio, el negro para Alberto, el rojo para ella. Tomó el pocillo verde para alcanzárselo a su marido, pero antes de dejarlo en sus manos, se encontró con la extraña, apretada sonrisa. Se encontró además, con unas palabras que sonaban más o menos así: "No, querida. Hoy quiero tomar en el pocillo rojo."

Montevideanos 1959

viernes, 16 de octubre de 2009

Herramienta que puede ayudarles en la pronunciación

Estoy totalmente encantada con lo que descubrí hace poco, un "site": ODD CAST en que hay un avatar que reproduce todo lo que escribimos en español (hay también opción para el inglés) en diversos acentos y lo mejor - cuantas veces desearmos oírlo.
..

www.oddcast.com/home/demos/tts/tts_example.php

Una herramienta que sin duda nos auxilia en el español y que tiene una imagen increíble, sin contar con el avatar siguiendo el "cursor del mouse" con los ojos "kkk" y los efectos múltiples en la voz.

Espero que les sea útil y lo utilicen para entrenar.

Un abrazo,

Aclaración

Estoy lejos hace mucho y cosas se han pasado en estos meses.
Pensé en dejar el blog, como en verdad lo hice, pero no en total puesto que, ahora vuelvo y deseo desarollar a los pocos todo los asuntos que podría haber planteado y no lo pude.
Es lógico que... aún tengo mis trabajos y la universidad, entonces, vuelvo al menos una vez al mes a "postar" hasta que lleguen las vacaciones.

Sugerencias son siempre bien recebidas.

Hasta,

Dri

viernes, 29 de mayo de 2009

Un poco de Buenos Aires

fuente: www.muchoviaje.com

Un video de una agencia de viaje que nos lleva a conocer puntos turísticos de diversos países.

puedes conocer un poco de:

La boca (caminito); Calle Corrientes (gran cantidad de librerías, bares y cafés); Obelisco (construído en 1936 - simbólo indiscutible de la ciudad- 67 metros de altura); Puerto Madero (Puente de la mujer); San Telmo (uno de los más antiguos/Plaza Dorrego); Calle Florida (muchas tiendas).

¡Haz ahora un viaje a Buenos Aires a través de ese corto video y después busca otros lugares que quieras conocer!

miércoles, 27 de mayo de 2009

Bilingüismo en España




Faço na faculdade uma matéria chamada "Variedad y alteridad en lengua española" e quem "imparte" essas aulas é um professor chamado Adrián, que por sinal é muitoooo bom...
bem, na aula de hoje continuamos falando a respeito de um assunto que está me interessando muito, " el bilingüismo".
Eu não sabia, sinceramente, que a Espanha estava dividida em comunidades autônomas e que havia tantos problemas (especialmente na Catalunha) em relação às línguas faladas nessas comunidades e o "español/castellano".
De acordo com o texto "Lenguas en contacto en españa" Siguán (2001) essas línguas foram reconhecidas pela constituição espanhola de 1978 como "cooficiales".
São elas:

Cataluña y en las Islas Baleares - catalán
Valencia - valenciano ( variedad local del catalán)
País Vasco y en Navarra - Vasco o Euskera
Galícia - gallego

Talvez nem seja um problema, mas segundo o professor, a Catalunha é uma região industrializada e portanto muitas pessoas vão pra lá e levam suas famílias, porém as escolas ensinam somente catalão, havendo portanto reclamações diversas, afinal, como estudarão os filhos desses trabalhadores se não conhecem uma palavra em catalão? eu me pergunto.
Esse mesmo professor nos contou hoje que precisou viajar até a Cataluña para uma conferência e resolveu ir a um cinema, e adivinha??? o filme estava em catalão e não tinha legendas em espanhol (jeje) todos rimos, claro!! ele não entendeu nada do filme.
Jamais imaginei que em se tratando de Espanha houvesse tamanha diversidade.

Bem... Não entendo quase nada a respeito, mas seria interessante "echar un vistazo" (eu mesmo farei isso depois). Conhecemos pouco sobre a língua que estudamos e sobre os países que a falam, nunca é demais aprender!!!
Não deixem de acrescentar informações...
Um abraço
Adriana

jueves, 21 de mayo de 2009

Fríoooooo


GATURRO



Periódico La Nación

miércoles, 13 de mayo de 2009

¿Conoces pocas palabras en español? Esa telenovela es para ti rsrs

Una telenovela que no sé el origen, lo que sé es que es muy cómica y se puede entender con un vocabulário muy restringido...

Bueno, este post es un homenaje a un gran amigo que fué lo que me indicó este video y la persona que siempre (ahora un poco menos por falta de tiempo) está a mi lado y a quién admiro mucho.

Te lo agradezo por la indicación y espero que seamos siempre amigos. Estaré aquí para lo que necesites.

Te extraño mucho Junior y lo sabes.

Hasta

martes, 12 de mayo de 2009

¿Femenino o masculino? ¿Vamos a estudiar?


Bueno, existen varios sustantivos que en español tienen género distinto que en portugués.
Así tenemos

los masculinos:
el color (a cor), el puente (a ponte), el árbol (a árvore), el equipo (a equipe), el origen (a origem), el orden ( a ordem), el dolor ( a dor), el arte ( a arte), el lente ( a lente), el cútis (a cútis), el garage (a garagem)

Y
los Femeninos:
la leche (o leite), la nariz (o nariz), la sal (o sal), la sangre (o sangue), la miel (o mel), la señal (o sinal),la risa (o riso), la enseñanza (o ensino), la crema (o creme), la tiza (o giz)
.
Los libros llaman eso de "los heterogenéricos", pero no te preocupes en memorizarlo, lee bastante y perceberás que eso será incorporado sin grandes problemas.

Aprender español no es solo memorizar palabras...

Algo que llama la atención a los alumnos, es las varias veces que preguntan como se escribe o se dice determinada palabra y descubren que se dice o se habla de la misma manera que en portugués. Bueno, eso es ¡lógico!, desde que tomemos en cuenta que aproximadamente el 70% del vocabulario existente en español, existe en portugués, pero hay que tener en cuenta que un idioma no es solamente letras y palabras en un diccionario, hay mucho más por detrás...



Aparecen siempre en los libros o en anúncios de escuelas de idiomas algunas confusiones con determinadas palabras, que existen en español pero que significan otras cosas en portugués, eso a que llamamos heterosemánticos y que suele ser la clave para mostrar a los brasileños que son muy distintas las dos lenguas, pero si fuera solo un caso de memorizarlas todo estaría resuelto ¿no?
¿Conoces las palabras abajo?
polvo (pó), embarazada (grávida), tarado (tolo), saco (paletó), pelado (careca), buseta (ônibus).
.
Ahora ya se puede entender mejor la siguiente frase:
"AHÍ VIENE EL PELADO TARADO CON SU SACO EN LA MANO CORRIENDO ATRÁS DE UNA BUSETA"

Bueno, a todos los brasileños que conozco y que empiezan a aprender español, después de seis meses cambian casi que totalmente su opinión inicial. Algunos dejan el idioma por creerlo muy difícil, el problema es cambiar la idea de lengua fácil y sólo mirarla como una lengua diferente, con una cultura diferente y con otras reglas gramaticales.

Veremos eso en nustros posts y espero que podamos tener esa equivocación resuelta al final.

EL ASUNTO CONTINUA...

sábado, 9 de mayo de 2009

Escuchar u oír


Es cierto que las lenguas cambian, y es lícito y loable que lo hagan cuando aportan novedades o creaciones poéticas o expresivas. Lo que nunca debe aceptarse sin más es la pérdida de significado sin obtener nada a cambio: ni precisión, ni variedad, ni belleza.

Ese es el caso del uso abusivo de escuchar en lugar de oír. Un caso de imprecisión que, como muchos otros, quizá no proceda de ignorancia o dejadez, sino de pedantería.
Hay una cierta tendencia a considerar más cultas las palabras largas y a dar de lado las cortas y quizá sea ese «prestigio de la longitud» la causa de que el breve oír vaya quedando relegado al habla de los que consideran que la supresión de matices significativos no aporta nada y puede traer algún problema.
El español posee dos verbos (procedentes de los latinos audire y auscultare) con significados diferentes: oír y escuchar. Según indica el Diccionario de la lengua española de la Real Academia oír significa ‘percibir con el oído los sonidos’ y escuchar ‘aplicar el oído para oír, prestar atención a lo que se oye’.


Para oír no se requiere la voluntad, para escuchar sí. Para no oír hay que taparse las orejas, para no escuchar basta no prestar atención, pensar en otra cosa. Para oír es suficiente un oído sano y un sonido perceptible, para escuchar se necesita premeditación.

En muchas ocasiones se dice con la más inocente intención:

No te escucho. Cuando, probablemente, lo que se pretende decir es que no se percibe bien el sonido, sin tener en cuenta que, No te escucho significa: ‘no quiero oír lo que dices’, ‘no me interesa saber qué quieres comunicarme’, ‘no deseo poner atención en tus palabras... no existes para mí’. Sería más claro, e infinitamente más educado, decir: No te oigo.

Veamos otros ejemplos del uso indebido del verbo escuchar:

*La cinta estaba estropeada y no se escuchaba la grabación.
*De pronto escuché un ruido ensordecedor.
*Habla más alto, que no te escucho.

En el primer ejemplo, se supone que quien habla tenía intención de escuchar, el problema es que la grabación no se oía bien.

En el segundo ejemplo, se supone que a la persona le pilla el ruido por sorpresa, por lo tanto no puede tener su atención preparada para escuchar pero sí puede oír el estruendo inesperado.

En el tercer ejemplo, si alguien no escucha, da igual lo alto que hable la otra persona... si lo que sucede es que no oye porque la otra persona habla muy bajito, entonces sí que tiene sentido pedirle que suba la voz:

Las formas correctas serían:

La cinta estaba estropeada y no se oía la grabación.
De pronto, un ruido ensordecedor.
Habla más alto que no te oigo.

A menudo, en un acto público, el conferenciante duda sobre la potencia de su voz o la eficacia del micrófono y pregunta:
¿Se me escucha bien?
En ese caso, la respuesta del público entregado podría perfectamente ser: Escucharse se escucha, pero lo que es oír... ¡no se oye nada!, porque escuchar depende de la voluntad de las personas y oír de la calidad del oído o la acústica del local.

Utilizar correctamente los verbos no es una cuestión de extremado gusto por la precisión o purismo exagerado sino de claridad de la información
fuente: Instituto Cervantes-Museo dos horrores

Aun / Aún

Aquí tienes la explicación de una duda que resulta en muchos errores en la escritura.
¡Su uso es muy simple! ¡Qué la información le sea útil!


1. La forma aun es un monosílabo átono: no lleva tilde nunca, y equivale a los siguientes valores: aunque, incluso, siquiera.

Aun (incluso) los sordos han de escucharme.

No vino nadie: ni mis amigos, ni los profesores, ni aun (siquiera) mis padres.
Ni hizo nada por él, ni aun (siquiera) lo intentó.

2. En cambio, también existe aún que es bisílabo y tónico (se pronuncia /a-ún/). Lleva tilde porque hay que marcar el hiato y porque es una palabra aguda que termina en –n. Con frecuencia es adverbio de tiempo, y equivale a todavía:

Aún te estoy esperando.
No ha llegado aún el profesor.
No sé aún si voy a aprobar.

Hay que tener en cuenta que ésta es la norma ortográfica; en la pronunciación real, la posición de aún puede repercutir en su pronunciación átona o tónica:

- cuando se coloca antes de la palabra que afecta o modifica, se pronuncia como átona:
Aún te estoy esperando. (/áun/)

- cuando va detrás de la palabra a la que se refiere, el adverbio se pronuncia como hiato (bisílaba)
No salen aún de la clase. (/a-ún/)

domingo, 3 de mayo de 2009

¿Para qué sirven los besos?


El contacto de los labios no es sólo una de las formas más íntimas y placenteras de manifestar el amor y alimentar la pasión. Besar también permite averiguar si dos personas tienen una buena “reacción química” como pareja y ¡ayuda a mejorar la circulación y la dentadura! Pocas personas podrán resistirse a tan agradable medicina natural.

“Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé qué te diera por un beso”,

reza una de las más bellas y conocidas estrofas del gran poeta español del siglo XIX, Gustavo Adolfo Bécquer.

Las investigaciones científicas todavía no tienen respuesta para la romántica reflexión del literato español, y seguramente tampoco la estarán buscando, aunque nunca se sabe… Sin embargo, han desvelado algunas sorprendentes utilidades de esa tierna y a veces ardiente forma de expresar el amor o el deseo, la cual no sólo es una aliada del afecto sino además ¡de la salud!.
La doctora Helen Fisher, profesora de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, EE. UU. afirma que "un beso es un mecanismo de evaluación del compañero", y que al besar se desencadenan una serie de reacciones químicas, y en algunos casos, un mal beso podría ser el “comienzo del fin” de un nuevo romance.
La antropóloga Helen Fisher, autora de libros sobre la sexualidad, el amor y las diferencias de género en el cerebro, ha señalado que besar supone algo más del 90 por ciento de las actividades sociales de los seres humanos y además es un instinto natural para estimular los mecanismos de la reproducción”.
"Cuando besamos, vemos, olemos, sentimos al otro. Su saliva contiene cantidades de hormonas que constituyen un indicador de su personalidad. Al besar, el cerebro se pone activo. Cinco nervios le llevan mensajes de lo que están sintiendo. Es realmente una herramienta de evaluación muy poderosa.", ha explicado la doctora Fisher.
Esta investigadora ha dirigido una serie de estudios basados en imágenes del cerebro y afirma que, cuando una persona besa a otra, accede a tres sistemas cerebrales primarios utilizados para la unión y la reproducción: la conducta sexual, el amor romántico o apasionado y en tercer lugar, el afecto. Según Fisher, el beso activa diferentes reacciones químicas que estimulan los tres sistemas.
Cuando besamos impulsados por el amor romántico, una parte del cerebro enloquece y se comporta "como si estuviera bajo los efectos de la cocaína".
“El amor romántico es un impulso poderoso que viene del motor de la mente, del área responsable de las adicciones", señala la antropóloga.
Por otra parte, "hay evidencias de que la saliva contiene testosterona y de que a los hombres les gustan los besos con más saliva y con la boca más abierta, lo cual me sugiere que intentan transferir testosterona para alentar el apetito sexual en las mujeres", ha señalado la investigadora, que opina que “las reacciones químicas cerebrales ocasionadas por los besos están presentes en el cortejo, aunque no seamos conscientes de ellas".
Por EFE Reportajes / Autor: Rocío Gaia

jueves, 23 de abril de 2009

¿Castellano o Español?

Muchos son los que hacen lío con eso... entonces no te equivoques más...

Para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español.
La larga polémica sobre cuál de estas denominaciones resulta más apropiada está hoy superada. El término español resulta más recomendable por carecer de ambigüedad, ya que se refiere de modo unívoco a la lengua que hablan hoy cerca de cuatrocientos millones de hablantes. Asimismo, es la denominación que se utiliza internacionalmente (spanish, espagnol, Spanisch, spagnolo, etc.). Aun siendo también sinónimo de español, resulta preferible reservar el término castellano para referirse al dialecto románico nacido en el Reino de Castilla durante la Edad Media, o al dialecto del español que se habla actualmente en esta región peninsular. En España, se usa asimismo el nombre castellano cuando se alude a la lengua común del Estado en relación con las otras lenguas cooficiales en sus respectivos territorios autónomos, como el catalán, el gallego o el euskera.


Ahora ya lo sabes, entonces, ¿Vamos hablar español?

A los ninõs: Adivinanzas - profesiones

¡¡¡Vamos a entrenar las profesiones que ya has aprendido!!!

Ha bogado muchas veces,
ya lo creo,
entre togas de los jueces,
por un reo.
(El abogado)

Hago paredes,
pongo cimientos
y a los andamios
subo contento.
(El albañil)

Con una manguera,
casco y escalera
apago los fuegos
y las hogueras.
(El bombero)

Tocando el silbato
y moviendo los brazos
ordeno y dirijo
los coches del barrio.
(El guardia de tráfico)

La cartera, compañera,
me acompaña con frecuencia,
voy de portal en portal
llevando correspondencia.
(El cartero)

miércoles, 1 de abril de 2009